Núria y Gerard nos enamoraron desde el principio. Son de esas parejas que llevan saliendo desde que iban al instituto, que han crecido juntos y después de tanto tiempo deciden dar un paso más y casarse.
Nos gustó desde el principio su sencillez, su ilusión y sobre todo su plena confianza en nosotras. Escucharon cada una de nuestras mil propuestas y nos entendimos a la perfección para plasmar su historia y estilo en cada detalle. ¡Fijaros si creían en nosotras que una semana antes de la boda se fueron a Mallorca para relajarse y disfrutar!
Son una pareja joven y moderna, así que querían algo rompedor pero elegante para su gran día. Quisieron una boda íntima pero memorable, que respirara un ambiente “fiestero” por todas partes, y deseaban que fuese aquí, en Barcelona. Así que escogimos juntos una finca cerca del mar y a las afueras de la ciudad.
La ceremonia fue en el bosque de la misma finca, quedó increíble con el montaje que ideamos para ese momento de un arco de entrada y un pasillo delimitado por un jardín de flores, parecía que saliera de la propia naturaleza. Los novios estaban nerviosos pero radiantes, al igual que su pequeña Melissa, la otra gran protagonista del día.
Enseguida empezó el aperitivo delante de la casa. Contamos con el Pianobar electrónico para que no faltara el ritmo, y conseguimos que la mayoría de los invitados acabaron bailando hasta la hora de la cena. ¡Fue espectacular y muy divertido! Para los niños preparamos una zona de juegos que les encantó, de hecho antes de terminar la cena ya estaban otra vez allí con sus juegos y los tipis.
Pero con lo que nos quedamos de toda la boda es con las caras de los invitados y los novios, sus expresiones de sorpresa y admiración al ver cómo estaba preparado el salón de la cena… nos encanta ver como después de tanto trabajo y dedicación las personas lo valoran y están felices con el resultado.
Y es que esta vez llenamos el techo de flores en tonos rosas, con ramas de pampa y bolas de discoteca que hacían brillar toda la sala. Y en las mesas no faltó un menaje de ensueño: cristalería rosa, vajilla con estampado de mármol y un mar de velas que se reflejaba con la bolas de discoteca y creaban miles de destellos de cuento!
En la cena no faltaron los bailes, las risas ni las sorpresas. Hubo discursos, pero nos quedamos con el que hizo el novio para su mujer. ¡Fue sencillo, breve, pero sincero y muy romántico! Un discurso 10 con el que Gerard consiguió emocionarnos a todo el equipo. :)
Para cerrar la cena con una sorpresa, los invitados descubrieron el super bufet de postres que tanta ilusión le hacía a los novios desde el principio. Para entonces ya se notaban las ganas de fiesta, ¡y por suerte no quedaron decepcionados! En la fiesta siguieron los regalos, como las alpargatas para las mujeres, un futbolín en homenaje al novio, un fotomatón con disfraces que hacía morir de risa a los asistentes, pero lo mejor… la furgoneta de churros que llegó en mitad de la noche.
Justo en el momento en que la gente volvía a tener un poco de hambre después de haberlo dado todo, tuvieron por sorpresa churros y chocolate… ¡menudo éxito!
Fue una noche animada, divertida y llena de bailes. Hasta los más pequeños aguantaron hasta el final.
Para nosotras fue un enorme placer trabajar con esta pareja, enseguida les cogimos cariño y les agradecemos toda la confianza puesta en nosotras. Fue una boda espectacular, en las que todo nuestro trabajo se ve recompensado por el resultado y la felicidad de los protagonistas.
¡Les deseamos muchísima suerte en esta nueva etapa y ojalá podamos verlos de nuevo muy pronto!
Aquí os dejamos el vídeo resumen sobre ese día tan especial:
Y si deseáis saber más sobre la boda de Núria y Gerard, podéis visitar nuestra web a través de este enlace.
Fotografía: Díez & Bordons
Vídeo: Padilla & Rigau
We fell in love with Nuria and Gerard since the first moment. They started their story when they were two teenagers and some years ago they decided to get married. It was a beautiful day, a wonderful weeding and they looked happy and gorgeous, as their daughter Melissa.
As they are young and fashion they wanted a modern and familiar wedding, so we chose a farmhouse next to Barcelona and create a stationery with pink and marble.
The best of that day was the ceiling in the dining room, with pampa and disco lights. Although the dessert buffet was also up to standard.
The party was great too, adults and children danced until the end and had fun with the table of football, the donut bar and the photo booth. It was amazing!
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