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Linda y Michael. Una fiesta internacional

Linda y Michael no son los típicos novios. Todo en ellos y en su gran día fue diferente, original y por todo lo alto. Se trata de una pareja que llevan juntos muuuchos años, pero fue hace poco que decidieron dar un paso más y convertirse en matrimonio. Él es danés y ella sueca, pero juntos han viajado por todo el mundo. Es por eso que a su boda asistieron personas de cada punta del planeta y es por eso que escogieron Barcelona para darse el sí quiero.


Querían un lugar emblemático y diferente, así que juntos nos decantamos por unas bodegas situadas a una hora de Barcelona. Su gran requisito era que deseaban una gran fiesta, con muy buena música y un montaje espectacular. Eso era lo prioritario para ellos, y eso creamos.


Llegó septiembre y con él, la boda de Linda y Michael. Poco a poco fueron llegando a las cavas los asistentes, mientras la novia se arreglaba en las habitaciones de la finca. Para la espera preparamos un bufet de cava, de esa manera los invitados empezaban a conocer los productos de la bodega mientras conversaban con el novio.











Preparamos la ceremonia al aire libre en una parte del jardín delantero de la casa, en la era tras la fuente. Al cabo de poco, todos tomaron asiento y la novia hizo su entrada.

Linda, estaba GUAPÍSIMA, fiel a su estilo natural, con melena al viento y un vestido de raso sin mangas liso y sencillo, pero increíble. Avanzó sonriente hacia al novio, que también la esperaba maravillado.















Después de darse el sí quiero y hacer su salida por el centro del pasillo, tanto novios como invitados pasaron al aperitivo. Lo habíamos preparado también al exterior, pero abajo, delante de la bodega. Así que tranquilamente fueron cruzando el jardín hasta llegar a la zona de bufets, barras y chill outs.

Durante ese rato pudieron disfrutar de un grupo de música en directo que versionó sus canciones preferidas y de un aperitivo exquisito. Esa sería la primera banda de música de la boda, pero lo mejor estaba por llegar…













Pronto llegó el momento de la cena, que esta vez sí era en el interior de la bodega. Habíamos diseñado el montaje en colores dorados y verde oscuro, a juego con las flores blancas y las plantas que había por toda la sala. Decoramos la escalera por la que harían su entrada con un camino de ramas, flores y plantas que alumbramos con velas. ¡Precioso! Aunque lo más increíble eran los centros de mesa, altos y super voluminosos. Por no hablar de las barras de bebidas diseñadas a medida para la ocasión, también en dorado, y los escenarios para los grupos junto con los juegos de luces. ¡Todo lo necesario para un auténtico espectáculo!


Y es que una vez los novios hicieron su entrada, empezaron las sorpresas. Linda se cambió a un vestido corto más llamativo, con el que estaba guapísima también: el look perfecto para una noche de fiesta. Antes de sentarse, Michael le dedicó unas palabras y después de él, lo hicieron algunos amigos íntimos de la familia.















Y acto seguido, apareció el primer show de la noche. Les propusimos un guitarrista que domina la guitarra española para dar un toque de cultura local a una cena tan internacional. Y después de él, dos cantantes de jazz venidos de Estados Unidos, que deslumbraron a todos con sus trajes dorados y sus versiones de grandes temazos mientras paseaban entre las mesas. ¡Fue una pasada!

El espectáculo acababa de empezar. En cuanto acabaron el postre, se unieron a los dos solistas el resto de la banda: un saxofonista, un teclado, un bajista y otra cantante. Esta vez se colocaron en el escenario que habíamos montado junto a la pista de baile, así que los dos solistas (con trajes nuevos de noche), hicieron que los invitados se levantasen y se unieran a ellos. ¡Qué subidón!










Empezaron dándolo todo y así estuvieron hasta bien entrada la madrugada. Además, a mitad de la fiesta, la banda fue sustituida por un tercer grupo que le dio el toque más cañero a la noche.

Tanto los novios como sus amigos y familiares estaban impresionados, ¡y no era para menos! Conseguimos lo que Linda y Michael habían pedido desde el principio; una fiesta increíble, una juerga por todo lo alto.










Si os ha gustado este post y todavía queréis ver más sobre esta boda, ¡podéis hacerlo a través de nuestra web!

Y si todavía os quedáis con ganas de verlo todo en directo, os dejamos el vídeo resumen de ese día tan especial ;)

Fotografía: Marta Guillen


Linda and Michael wanted a different and original wedding, in which the music and the party had to be the main characters. He is from Denmark and she is from Sweden, and together they had travelled around the world, so they had gests from a lot of countries.

We chose with them an emblematic place near Barcelona, a beautiful cellar. We prepared the ceremony in the garden, next to a water source. Before that, the gests and the groom had a drink while Linda got ready. They sat down, and the bride made the entrance.

Se was amazing! With a simple white dress and a loose hair, but she was brunette and happy, so she seemed an angel! The groom was waiting for her with a big smile.

After their engagement, they passed to the aperitif across the garden. There was a music band playing their favourite songs. But that would be only the first of several music bands.

When it started to get dark, everyone got into the cellar where we had prepared the dinning room. Everything was decorated with white, green and gold colours…even the flowers and beverage bars!!

After Michael delivered a speech, a Spanish guitarist appeared in the middle of the tables, where we had built a stage. After him, when the dinner was about to end, two dazzling singers began to perform jazz songs and left everyone impressed. Slowly, they asked everyone to stand up and go to the dance floor. There, three more musicians with a keyboard, a saxophone and drums, joined the two soloists.

People started dancing and throughout the night different music groups appeared and made it an awesome party, just what the couple had wanted from the beginning.

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