Laura y Aleix. Una boda a todo motor
- Detallerie
- 20 feb 2015
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 oct 2020
Hoy os presentamos una boda que nos apetecía un montón enseñaros. Porque es de esas celebraciones llena de momentos inolvidables y detalles únicos. 1 arco de flores, 1 perro, 7 damas de honor, 200 globos, 180 suculentas, 2 bandas de música, 32 farolillos dorados, varias motos y muchos moteros hicieron de esta boda un día más que especial.
Laura quería que su boda fuera, además de bonita, cálida y única, y ante la falta de tiempo para organizarlo todo, decidió ponerse en contacto con nosotras. En seguida nos pusimos en sintonía con ella para que todo fuera como lo había soñado y sin estrés.
La novia estaba espectacular con un vestido blanco de Joaquín Pérez Valette con un vistoso cuerpo y una falda salpicada de plumas. Un ramo presidido por una preciosa protea rosada y con aspecto salvaje, completaba un look ideal.


Los invitados a la boda, provistos de sombreros panameños, abanicos y “acreditaciones” que diseñamos especialmente para la boda, asistieron a la ceremonia civil en el jardín. Una celebración iniciada con una coreografía de la novia con sus damas de honor en la que todos arrancaron a bailar.

Después del “sí quiero” los novios invitaron a sus amigos y familiares a una bonita suelta de globos, en la que los invitaban a dejar volar los mejores deseos para su nueva vida juntos.



En el aperitivo, un grupo de música puso la banda sonora a un ambiente familiar y festivo marcado por las delicias de Jubany Catering.



Una mesa llena de suculentas, en macetas de color menta, blanco y rosado, indicaban con unos pequeños banderines dónde debía sentarse cada invitado en la cena, ¡todos se llevaban encantados su regalo!

Para la cena, ideamos junto a Laura y al equipo de Crimons, un montaje romántico con toques modernos… la novia se atrevió a mezclar manteles de diferentes colores con una silla clásica, ¡fue una combinación súper original para una noche de verano! Cada mesa estaba presidida por farolillos dorados llenos de flores coloridas y suculentas, y vasos de velas tallados en diferentes tonos oro, que daban un toque de brillo tan sutil como elegante.








Fue una boda llena de amigos y familia, que estuvo llena de grandes y emotivos momentos y que terminó con bengalas, música en directo, disfraces, una caravana de crepes y muuuuucha fiesta.


Si os habéis quedado con ganas de más, podéis ver todas las fotos de la boda en nuestra web.
¿Planeamos juntos vuestra boda en una noche de verano?
Comments