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Ana y Pedro. Una boda muy esperada

La boda de Ana y Pedro era “la más esperada de la historia”, como decían las hermanas del novio. Y no solo para ellas, nosotras también la esperábamos con ansias puesto que su alegría era contagiosa y para nosotras era la primera de la temporada. Tras muchísimos años saliendo y unas duras oposiciones, esta pareja se dio el sí quiero entre familiares, amigos ¡y mucha emoción!


En cuanto se prometieron vinieron a vernos. Tenían muy claro que querían contar con nosotras para su gran día. ¡Desde el primer momento nos contaron qué querían y a partir de entonces confiaron 100% en Detallerie! Fue un gustazo trabajar con ellos, nos tuvimos que adaptar a las circunstancias y organizar la boda en tiempo récord, pero no por ello los novios disfrutaron menos ni dejamos nada sin cuidar ni organizar… fue un inmenso placer y todo salió genial, en gran parte gracias a la actitud y confianza de esta parejaza.


Y por fin llegó el día. Ya se notaban los nervios durante las horas previas. Mientras la familia de Pedro partía hacia la iglesia, los cuatro padrinos (sí, Pedro escogió cuatro) fueron a casa de la novia a entregarle el ramo y a leer el tradicional discurso. Después de muchos abrazos, bromas, risas, ensayos y algún brindis llegó el momento de la boda.











Se casaron una tarde de mayo en la parroquia de Santa Isabel, donde ambos han crecido juntos. ¡Si hay algo que los define del todo es elegancia y puro estilo! Pedro apareció con chistera y reloj de bolsillo, impecable y muy guapo, a conjunto con sus testigos. Pero cuando vimos a Ana avanzar hacia el altar con ese vestidazo de Jordi Anguera… ¡ya nos enamoramos por completo!

Al acabar la ceremonia, los novios salieron al precioso claustro de la iglesia para hacerse algunas fotos mientras sus invitados esperaban afuera para la lluvia de pétalos. ¡Y así salieron corriendo, entre risas y aplausos, por un pasillo humano que los condujo hasta un elegantísimo coche descapotable!















Tanto novios como invitados pusieron rumbo a la masia que escogimos juntos para la celebración. Como había llovido previamente, el cielo estaba lleno de nubes que poco a poco iban despejándose dejando una luz azul preciosa. ¿No os parecen increíbles estas fotos en los exteriores?


Aunque la boda fue en mayo, los novios quisieron que el color predominante de la boda fuera el burdeos, el preferido de Pedro. Así que, siguiendo sus gustos, diseñamos un estilismo en tonos crema, verde y granate que les propusimos combinar con flor y fruta para aplicarlo a la decoración, la papelería y el montaje. Quedó ideal con el ambiente húmedo y primaveral de los primeros días de mayo. ¡Incluso el ramo de la novia, que nos encanta, era en esos tonos!  ¿Os gusta cómo quedó todo?























Después del aperitivo en la bodega, los invitados pasaron al salón para cenar. Y al ritmo de la música recibieron a los novios, que entraron bailando por toda la sala hasta llegar a la mesa presidencial. ¡Qué momentazo!

Durante la cena no faltaron las canciones, los regalos, los discursos, los abrazos y las risas.










El tiempo pasó volando y llegó el momento de abrir el baile. Ana y Pedro escogieron el vals tradicional, ¡pero qué clase y dominio! En cuanto sonó la segunda canción, jóvenes y mayores saltaron a la pista de baile para darlo todo.

¡Menuda fiesta! Así estuvieron moviendo el esqueleto hasta las tantas de la madrugada. Fue una boda entrañable, llena de amigos y familia, una boda que destacó por la alegría compartida de ver a Ana y Pedro como marido y mujer por fin.









Muchísimas gracias a ellos dos por aceptar nuestros consejos, por haber hecho que todo fuera tan fácil y emocionante y por el gran ejemplo que dan. Fue la forma perfecta de empezar la temporada. Poco a poco seguiremos contándoos más detalles. ¡Seguimos con ilusión y a tope!

Fotografía: Díez & Bordons

Today we are glad to show you all our first wedding of the season! Ana and Pedro knew since the first day they wanted to organize the wedding with Detallerie, so they always believed in our job and followed our recommendations. It was a pleasure to work with them.

They got married in May, in the church where they have grown up together. Pedro looked like a gentleman with his hat and his pocket watch and Ana was gorgeous in her dress by Jordi Anguera. After the ceremony, the couple and their guests travelled to the farmhouse where we had prepared the celebration.

The decoration was in maroon and white colours, which was a success since the weather was still cold.

After a dinner full of dances, laughs, presents and happiness, Ana y Pedro opened the party with the traditional waltz. Everybody started to dance until the end of the day!

It was a very special wedding, we are grateful to this couple for their attitude and hope. It was the best way to start this wedding season!

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