Hace un par de semanas, abrimos la temporada de bodas en Detallerie… ¡y lo hicimos a lo grande! Acompañadas de unos novios estupendísimos, en un entorno precioso y con los mejores profesionales de la mano. Fue una velada maravillosa.
Desde que Laura y Ferran nos escribieron, supimos que esta sería una gran boda y por eso pusimos toda nuestra maquinaria a funcionar desde el momento cero.
Cuando nos reunimos con ellos para conocerles, no paraban de hablar de sus viajes, así que no dudamos en resaltar su venita viajera en varios detalles… empezando por el save the date que ya daba la primera pista de lo que vendría
Seguimos con la invitación, que se convirtió en una etiqueta de las que cuelgan de las maletas de viaje. La etiqueta llevaba una funda estampada con un mapa antiguo que diseñamos especialmente para la ocasión… ¡qué privilegio! Sin duda, un detalle que sorprendió a todos los invitados.
¡Y por fin llegó el gran día!
Preparamos con muchísimo cariño el ramo de la novia que iría en línea con la decoración floral que escogimos para su día. Un ramo muy dulce y romántico como Laura, la novia.
La Centenaria, una de nuestras localizaciones favoritas de Barcelona, se vistió de gala para la ocasión.
Un seating plan que colgaba de los maravillosos cedros centenarios de la La Centenaria , daban la bienvenida a los invitados, que se alucinaron cuando encontraron avioncitos hechos a mano con el papel de los novios.
Aprovechamos que el sol empezaba a caer, para encender las velas de los centros de mesa del aperitivo, que combinaban cristal y limonium… una combinación de lo más romántica.
Ya dentro de la gran pérgola de la masía, junto con Sibaris Catering creamos una atmósfera súper acogedora. Presentamos las minutas y las servilletas atándolas con un cordel y entrelanzando una ramita de limonium siguiendo el estilo que habíamos marcado para el resto de la decoración.
Coronamos las mesas con unos centros de lo más orginales, entre rústicos y románticos que preparamos junto con Moshi… y unos meseros que ¡oh sorpresa! estaban forrados con el papel de la invitación. ¡Sin duda todo un detalle!
Para amenizar la velada, preparamos un chill out donde colocamos el libro de firmas de Moniquilla y un árbol de huellas que también creamos especialmente para la ocasión.
Y para terminar con una fiesta divertida, hicimos un photocall con el diseño del mapa y el logo de los novios y lo complementamos con sombreros típicos de varias partes del mundo para que los invitados no tuvieran excusa para pasarlo bien.
Ya veis que íbamos en serio cuando decíamos que era una boda a lo grande… ¡y es que unos novios tan especiales se merecían esto y mucho más!
Todas las imágenes de la boda son de Blanca Gaig.
¿Quién quiere ser la próxima pareja?
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