La boda de Almu y Pau era una sorpresa tanto para su familia como para sus amigos. Por eso, la manera de anunciar la Gran Noticia, tenía que ser también sorprendente. No dudamos en sacar del cajón una de esas ideas que hacía tiempo queríamos hacer pero nos faltaba encontrar el momento oportuno.
Los novios decidieron preparar una cena con su família y amigos más íntimos y para ese día preparamos un sitting diferente. Cada invitado encontraba en su sitio un cilindro, que en cuanto activaban… ¡SORPRESA!
Los meses fueron pasando, el día de la boda se acercaba y todos los preparativos ya estaban en marcha. La boda era en otoño, por eso decidimos crear un ambiente de lo más acogedor, para hacer frente al frío que empezaba a hacer fuera.
¡Y lo primero fueron las invitaciones! Conseguimos hacer algo muy rústico y diferente, pero que a la vez respetara la estructura tradicional.
El estilo de la invitación lo aplicamos también en el seating plan, los meseros, el sitting, la minuta, y usamos la misma tela de la invitación en varios elementos decorativos de la boda para dar continuidad y al estilo que querían los novios desde la invitación hasta el ultimo detalle.
¡Y por fin llegó el gran día! La novia estaba preciosa (y algo nerviosa) con el vestido que su hermana, Gabriela Samaranch, diseñó y confeccionó en exclusiva para ella. ¡Quién tuviera una hermana diseñadora que acierte tanto y te vista así de guapa!
Además, Almu, llevó un ramo muy especial que ideamos en Detallerie con todo el cariño del mundo y que la buena mano de Moshi lo hizo realidad.
Fotografía de Just Us
Fotografía de Just Us
Después de la ceremonia, los invitados fueron llegando a la masía donde se celebraba la comida. Un patio de naranjos daba la bienvenida a los invitados, y el sitting colgado de los árboles, les indicaba con quién compartirían mesa… ¡una manera divertida de ver con quién les tocaría comentar la boda!
Fotografía de Just Us
En el aperitivo, colocamos una pizarra en la que estaban escritos todo lo que los invitados podían probar. Y los buffets los señalizamos con trozos de madera escritos a mano.
Para la decoración de las mesas, usamos cajas de madera envejecida, que llenamos de plantas aromáticas con toques de color y envueltas en la misma tela que usamos en la invitación… el conjunto del aroma y el contraste de texturas y colores hacía parecer a los invitados que estaban en medio de la naturaleza. Moshi también nos ayudó con el montaje de las macetitas en cada centro.
En cada sitio, una etiqueta con una ramita de erika marcaba el lugar de cada uno en la mesa… algunos afortunados encontraron además alguna que otra sorpresa.
Fotografía de Just Us
Para las más presumidas de la fiesta, creamos “kits de emergencia” en los lavabos… así todas las invitadas podían estar estupendas durante toda la boda.
Después de la comida… ¡a mover el esqueleto! grandes y pequeños bailaron durante horas, y para reponer energías, preparamos de la mano de Söt Cakes un increíble buffet de dulces que completaba el divertido pastel diseñado y creado en exclusiva para los novios.
Para los que creíais que las bodas solo podían ser en primavera o verano, aquí tenéis un buen ejemplo de lo cálida y divertida que puede ser una boda en pleno otoño, ¿quién se atreve a dar el gran paso?
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